CASO
23 (enero 2008)
Datos clínicos
Mujer de 42 años de edad con antecedente
de insuficiencia renal crónica terminal de causa desconocida. Estuvo
en hemodiálisis 5 meses y fue trasplantada, de donante cadavérico,
hace 6 años. 3 incompatibilidades HLA, una de ellas DR. Nunca presentó
anticuerpos citotóxicos detectables en las pruebas inmunológicas
pre-trasplante. HTA crónica sin otros antecedentes personales patológicos.
No hay antecedentes familiares de enfermedad renal.
En el segundo mes post-trasplante presentó
un episodio de rechazo agudo diagnosticado clínicamente, sin biopsia,
y manejado con bolos de esteroides, con buena respuesta. La función
del injerto fue buena durante el primer año, con sólo algunas
elevaciones transitorias de la creatinina sérica (hasta 1,6 mg/dL)
asociadas a episodios infecciosos sistémicos. Durante el seguimiento
posterior no presentó alteraciones de la función renal hasta
el 5º año post-trasplante en el que se detecta elevación
lenta pero progresiva de la creatinina. Por dificultades socioeconómicas
su tratamiento inmunosupresor (ciclosporina, micofenolato mofetilo, prednisona)
fue irregular desde este tiempo post-trasplante. La paciente llega a insuficiencia
renal terminal, con inicio de diálisis, al 6º año del
trasplante.
Se suspende inmunosupresión. Luego
la paciente presenta leve dolor en el área del injerto y se detecta
trombosis de la arteria renal principal. 25 días
después de suspendida la inmunosupresión se hace nefrectomía
del trasplante.
La paciente no presenta alteraciones
sistémicas, la HTA está controlada, no hay lesiones en piel,
no hay alteraciones pulmonares al examen clínico ni en los rayos
X simples de tórax y no hay signos de vasculitis sistémica.
Observe las imágenes macro y microscópicas
de la nefrectomía.

Figura 1.
Especimen de nefrectomía. La diferenciación corticomedular
está preservada. Observa la notoria obstrucción de la arteria
renal principal (magnificada en la imagen de la derecha).

Figura 2.
Extensos cambios crónicos corticales y medulares. Hay glomeruloesclerosis,
fibrosis intersticial amplia y atrofia tubular (graduados, según
el esquema de Banff, como ci3 y ct3). En casi todo el parénquima
hay marcado infiltrado linfoplasmocitario. Izquierda y derecha: H&E,
X200.

Figura 3.
En algunas áreas con túbulos no atróficos se evidencia
rechazo agudo, con tubulitis y daño de basales tubulares (t3).
En otras áreas el infiltrado presenta abundantes células
plasmáticas (microfotografía derecha). Izquierda y derecha:
H&E, X400.

Figura 4.
Hay múltiples arterias con evidencia de rechazo crónico,
con características histológicas de rechazo crónico
mediado por células T. En la izquierda observamos un segmento de
la pared de la arteria renal principal con abundantes células inflamatorias
en su íntima, con células espumosas y fragmentación
de la elástica interna (no mostrada aquí). En la derecha
vemos los cambios arteriales sugestivos de rechazo crónico en una
arteria radiada. Izquierda: H&E, X200; derecha: H&E, X400.

Figura 5.
En algunos glomérulos, aproximadamente el 10% del total de glomérulos
viables, se identifican semilunas epiteiales, algunas circunferenciales
y otras circunscritas. Izquierda: H&E, X100; derecha: H&E, X400.

Figura 6.
Otros glomérulos con semilunas no circunferenciales. Izquierda
y derecha, H&E, X400.
Con la tinción de plata-metenamina
se observan algunas imágenes en doble contorno de paredes capilares
glomerulares (cg1), sin otros cambios histológicos sugerentes de
rechazo mediado por anticuerpos.
Inmunotinción para C4d: Negativa
en capilares peritubulares.
Inmunofluorescencia directa para IgA,
IgG, C3 y C1q: Negativas. Hay algunos depósitos glomerulares y
arteriales inespecíficos de IgM.
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